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Eddie y Jose

Eddie: Mi familia somos muy unidos. Están mi papá, mi mamá que yo creo que nos criaron a ser una familia que tuviéramos esa conexión, ese acercamiento. Y así somos todos: tenemos el corazón de mi mamá, tenemos la fortaleza de mi papá. Yo soy el mayor, José es el hermano que sigue después de yo, y es el que nos une, en tratar de unir a la familia. Yo creo que es el que tiene el gran corazón de la familia.
Jose: Él es todo para mí. Es un ejemplo para mí. Porque yo pensé que yo era el fuerte, ahora es Edgar el que me enseñó que era más fuerte que yo.
Jose: Dos años antes que supiéramos que él tenía el VIH se había puesto bien malo. Pero nunca, nunca se me cruzó en la mente que él tenía el VIH.
Eddie: Yo supe del VIH desde la preparatoria en high school. Pero pues yo creo que uno no se imagina. El mismo hecho de que yo no sabía de que tenía que preguntar de que me hicieran el examen del VIH. Cuando me confirmó que era VIH… Fue un alivio, no. El hecho de que ya por fin sabía qué era lo que tenía.
Jose: Cuando llegamos a la casa él nos dijo y pues yo, mi corazón se me cayó. Le dije: “Tengo miedo que te voy a perder, que te vas a morir y todavía no hemos realizado los sueños que hemos tenido.”
Eddie: Mi familia pues sí no sabía mucho de la enfermedad. Sabía que existía pero que muchos morían a causa de eso nomás, y que no había cura. Ellos temían a que la demás gente me fueran a dañar. Fue de que tenían que comprarme mis propios digamos platos, vasos, hacerme un baño separado, toallas separadas.
Jose: Hay un lugar, que ellos te dan como clases y te explican en verdad qué es lo que debe hacer uno con el VIH, dónde poder agarrar ayuda, dónde podemos agarrar ayuda. Fuimos a esas clases y nos explicaron, porque yo todavía no sabía mucho del VIH, del Sida. Y ya con eso estábamos un poquito más educados y más, más calmados.
Eddie: De quitarme el costal encima y ya decir: “Pues así soy, es lo que tengo y digo, no me hace nada diferente a ustedes. Soy igual que todos los demás y hay que seguir viviendo.”
Jose: Él puede vivir su vida normal. Hay medicina, hay ayuda. Si hubiésemos sabido eso desde el principio hubiera sido diferente. No hubiera sido tan doloroso como fue.
Eddie: Yo soy de las personas que no estoy acostumbrada a tomar medicinas, nunca he estado. Siempre que me enfermaba era de que pasara. Cuando me enteré que era VIH pues obvio mi primer…lo que se me vino a la mente fue de que pues tengo que tomar medicamentos. Digo, si quiero seguir viviendo, si quiero seguir luchando pues tengo que tomar medicina. Jose: Siempre estamos atrás de él: que si tiene, si siempre tiene suficiente medicina, cuándo tiene sus visitas en la clínica. Así es como estamos atrás de él todo el tiempo.
Eddie: Soy indetectable. Eso no quiere decir que no esté, no tenga el virus en mí. Simplemente quiere decir que tengo, está muy bajo el virus del VIH y es menos probabilidad de poder infectar a alguien.
Es muy importante que nosotros los latinos nos eduquemos y yo creo que ese es mi propósito como latino, como una persona de VIH. Es dar un mensaje, enseñar, educar.
Jose: Acuérdense que esa persona es tu familia, es tu sangre. Y lo más importante en la vida es tu familia. Si gusta más información para apoyar a un ser querido viviendo con el VIH, visite familia.masquesida.org.

Eddie no sabía que tenía que pedir que le hicieran una prueba de VIH. Después de enterarse que estaba viviendo con el VIH, su hermano Jose, tuvo miedo que todavía no habían realizado los sueños que juntos tenían. Toda la familia hizo el esfuerzo de educarse sobre el VIH y aprendieron que Eddie puede vivir su vida normal.